domingo, 25 de noviembre de 2012

CAMPEONES DEL MUNDO DE PARATRIATLÓN LARGA DISTANCIA

            MUNDIAL DE TRIATLÓN LARGA DISTANCIA VITTORIA 2012



           Sábado 28 de julio, salíamos hacia Vitoria, por la mañana temprano. Todo estaba preparado, el material, el tanden colgado en el coche, zapatillas, neopreno, y mucha, mucha ilusión y ganas de participar y ver en persona una prueba de esas características. Iba con mi guía Jesús Sacido. Juntos hemos participado en muchas pruebas de ciclismo, algunas muy duras y de varios días de competición, pero en nuestros comienzos en el mundillo del triatlón, es nuestro segundo año, nunca habíamos participado en una prueba de tanta distancia y eso nos hacía ser muy prudentes, pero al mismo tiempo sentir una ilusión especial. La prueba, constaba de 4000 metros nadando, 120 km en bici y 30 Km corriendo.


            Era, la hora de la comida y allí llegamos a Vitoria. Fuimos a recoger el dorsal, el chip, informarnos de detalles de la prueba y dejar todo el material en los boxes. Con los planos del mapa, nos dirigimos a la transición de la bici en el pantano. Nada más llegar se respiraba en el ambiente que era una prueba especial. Llevamos el tanden y todo lo necesario a la T1 para la transición de pasar la natación a la bici. Allí colocando el material vimos, colocando el suyo, muy cerca de nosotros, ni más ni menos que al gran Chris McCormack, ganador de la Ironman de Hawai y posteriormente del mundial de larga distancia de Vitoria, prueba en la que nos encontramos. Aprovechamos para hacernos una foto con él, haber si se nos pega algo de su talento y nos dirigimos a desinfectar los neoprenos para no alterar el ecosistema del pantano. Todo preparado nos vamos a comer y al hotel a descansar para la competición, que empezaba el día siguiente a las 8:00 de la mañana y había que levantarse a las 5:00

            Sonó el despertador y empezaba bien el día, pues habíamos dormido bien y eso para una prueba de estas características es fundamental. Fuimos a un hotel cercano donde un autobús recogía a los participantes para llevarnos a la zona de la salida. Llegamos, nos vamos a desayunar tranquilos y nos vamos preparando tranquilamente para cuando den la salida. Había que vivir, sentir, disfrutar esa hora previa, pues se trataba de una cita importante. Era un día para disfrutarlo, no tener miedo, confiar en lo que habíamos entrenado y luchar hasta cruzar la línea de meta, sabiendo que podía haber momentos difíciles durante la prueba, pero había que pensar en la totalidad de la misma y ser constantes.

            Salieron los profesionales, y unos cinco minutos después nosotros. Increíble el público que había en la salida y como podríamos comprobar luego, durante toda la prueba. La parte de natación es la que más nos preocupaba, pues 4000 metros hoy por hoy era mucho para nosotros y en nuestra categoría TRI6 más complicado aún, pues vamos atados y aún me desoriento mucho nadando en agua abierta y eso frena también a mi guía, pues se rompe la trayectoria recta nadando. Pero contábamos con eso e íbamos constantes y con decisión a por esos 4000 metros. Se hicieron eternos pero al mismo tiempo, quizás menos de lo esperado. Tras hora y media más o menos de natación salimos a la transición donde cogimos el tanden. Ya habíamos pasado una parte difícil y ahora venía una parte fácil para nosotros, aunque había que ser prudentes y no quemarnos por completo en esos 120 km que debíamos afrontar con el tanden. Afortunadamente el tiempo acompañaba y estaba nublado sin llover con una temperatura idónea, ni frío ni calor, mucho mejor que el calor sofocante de las semanas previas a la prueba. Empezamos a rodar muy tranquilos los primeros 10 kilómetros, recuperando de la natación y viendo sensaciones. El circuito al que había que dar dos vueltas era rápido con rectas, bajadas y algunas subidas no muy pronunciadas. Era ideal para el tanden, y como no podía ser de otra manera empezamos a ir más y más rápido, ya estábamos lanzados. Fuimos toda la parte de bici, pasando a gente. A pesar de ser un circuito bueno para el tanden, había demasiado viento de cara y echábamos en falta llevar mejor material, unos acoples en condiciones y unas ruedas que rodaran mejor, pero era lo que había, sabíamos que hoy por hoy las ayudas al paratriatlón son pocas, por no decir inexistentes y había que hacerlo lo mejor posible con lo que había, ya vendrán tiempos mejores.

            Íbamos hablando con frecuencia, marcándonos un ritmo constante, alto pero sin reventar. Ahí, nos sentimos afortunados de ir toda la prueba juntos. Imaginamos lo duro que debe ser ir todo el tiempo solo, recordar que en estas pruebas de larga distancia no está permitido ir a rueda, por lo que cada participante al final pasa mucho tiempo solo. Nosotros en cambio, podíamos hablar, recordarnos el uno al otro que había que comer, beber y tal vez  eso hizo que fuera más fácil mantener un buen ritmo.

            Llegamos a la última transición, dejar el tanden por las zapatillas de correr. Estábamos contentos, habíamos pasado ya una gran parte de la prueba y sin percances, y con buenas sensaciones al empezar a correr. Pero había que ser cautos y realistas, nunca habíamos realizado esta distancia antes y pasar de ir bien a retirarte por un tirón, sobrecarga o rotura es muy fácil en este tipo de prueba, por lo que levantamos el pie en los primeros kilómetros. Había que dar 4 vueltas a un circuito por el centro de Vitoria. Fue espectacular, nunca en mis años de deportista viví algo igual. Estaba lleno de público, un público formidable muy volcado con todos y con nosotros los paratriatletas también o más. Por cada curva o sitio que pasábamos nos gritaban, nos animaban, era como si nos fueran empujando con los gritos. La fatiga muscular y mental empezaban a hacer acto de presencia. Mi guía empezaba a tener calambres en los gemelos y yo empezaba a ir muy fatigado mentalmente, costaba más ir coordinados, costaba más tomar las curvas complicadas bien, los cambios de rasante, todo iba costando más, hasta tal punto que en algún momento tropecé con algo en el suelo y estuve a punto de caerme y terminar la prueba. Tuvimos que hacer un extra, un gran esfuerzo de concentración, serenarnos y seguir, ya sólo quedaban unos 10 – 12 km ¿qué era eso después de lo que llevábamos?. Quedaba poco y lo que más me dolía, era la cabeza, empecé a acusar muy seriamente la normativa poco acertada y menos aún estudiada de la ITU de tapar los ojos completamente a aquellos que tenemos algo de resto de visión (al final de esta crónica hablaré más detenidamente sobre esta norma y sobre cómo me afectó para que puedan saber con más detalle las adversidades a las que se enfrenta un paratriatleta, a parte de la prueba en si). Las piernas dolían y mucho, mi guía llevaba unos fuertes calambres en los gemelos que nos hacía tener que frenar el ritmo, pero no importaba, ya quedaba poco y había que sufrir un poco más, ahora no podíamos renunciar, un poco más, un poco más. Y con mucho esfuerzo y con el apoyo de ese público encantador, cruzamos la línea de meta. Lo habíamos conseguido, habíamos realizado por primera vez una prueba de estas características y con la recompensa de proclamarnos campeones del mundo de nuestra categoría. ¿qué más podía pedirse?.

            Quiero dar las gracias a todas las personas que me han apoyado, mi familia, mis amigos, mi club TRIGRANADA, a mi guía Jesús Sacido por estar ahí a Daniel Jiménez por todo lo que me ha ayudado este año entrenando y compitiendo para coger ritmo y a todos aquellos que en la medida que podéis me ayudáis, gracias a todos.

            También dar las gracias a alguien que siempre está ahí apoyándome, ahora y todos los años anteriores de competición que fueron duros. En los momentos dulces y en los amargos, siempre está ahí, gracias por aguantar todos esos momentos, esas alegrías y también esos momentos malos que se pasan para llegar aquí. Tú eres muy especial, lo más importante y mi verdadero motor, gracias Sandra por estar ahí y ser como eres.






          DETALLE SOBRE NORMATIVA CLASIFICATORIA EN PARATRIATLÓN.

             Como muchos sabéis por ver los juegos paralímpicos en televisión, cada deporte tiene unas subcategorías para poder clasificar según el tipo de lesión y discapacidad que tenga el deportista. Así, en atletismo, por ejemplo se clasifican en T10, T11, etc según se sea ciego total, se tenga algo de resto de visión o más resto. Pues bien, en paratriatlón mi categoría es TRI6 y en lugar de crear subcategorías como en atletismo u otros deportes, deciden tapar los ojos a todos y así supuestamente todos estamos en igualdad de condiciones. Esto no estaría del todo mal si al menos hubiese un estudio médico detrás que avalase tal decisión. Pero la realidad es que en pleno 2012 que nos encontramos, en algo tan serio y de relevancia mundial como es la creación del paratriatlón para competir en los juegos de Rio por primera vez, se toman medidas, decisiones porque si, sin verdaderamente estudiarse. Así la ITU ha decidido tapar los ojos sin base científica y no pasa nada. A pesar de que muchos deportistas no estamos de acuerdo con esta normativa y lo hemos manifestado, no se nos escucha. Hay muchas pruebas médicas que demuestran que al tapar a una persona los ojos, incluso a un ciego total, produce una alteración en el funcionamiento del cerebro y por tanto altera la coordinación y rendimiento pudiendo provocar lesiones. Hasta ahora he participado con esta norma en contra de mi voluntad en pruebas de triatlón distancia sprint y aunque aparecen problemas, dentro de lo que cabe medio se puede soportar. Sin embargo al afrontar esta prueba tan extrema con tanto kilometraje, se me antojaba que el cumplir esta normativa podria provocarme problemas y alguna posible lesión, por lo que me puse en contacto con la FETRI y la ITU para hacerles saber mi preocupación y aporté pruebas científicas que avalan mi explicación. Por parte de la FETRI lo entienden y están intentando trabajar en ello, pero por parte de la ITU no parecen preocupar mis inquietudes ni mis preocupaciones y me obligan a cumplir la normativa sin argumentar el por qué. Durante la prueba mis sospechas se hicieron realidad, tantos kilómetros corriendo así me provocaron una gran ansiedad y excesivo dolor de cabeza y de tendión ocular. Afortunadamente no pasó nada, pero podría haber pasado y eso es lo que hay que evitar. Parece ser que tienen pensado hacer un estudio para ver qué medida aplicar definitivamente y en base a datos científicos, pero a día de hoy, aún no hay nada y para Rio queda mucho menos de lo que parece. Personalmente como deportista estoy algo decepcionado, pues algo tan importante como esto, ya debería estar estudiado de estos años atrás que ya viene practicándose el paratriatlón y no dejarlo para el úlimo momento. Aún así, confío en que ahora que empieza el ciclo paralímpico de cara a Río, se tomen más en serio este deporte EL PARATRIATLÓN y empiece a ser tratado como merece y se realicen las cosas como deben realizarse. En las próximas publicaciones del blog os iré informando sobre cómo queda finalmente todo este lío.

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